Una buena alternativa, orgánica e incluso de bajo costo, es abonar las plantas de nuestro jardín con los residuos de los alimentos que consumimos, así, además de aportarles nutrientes, enriquecemos el suelo y éstas crecerán más sanas y fuertes, sin necesidad de fertilizantes o nutrientes químicos.

Podemos preparar nuestro propio compost casero, para el cual existen una variedad de procedimientos fáciles, como el que les detallo a continuación:

En un recipiente al que le hacemos unos huecos pequeños en la superficie, colocamos tierra de sembrado y vamos añadiendo diariamente restos de alimentos como: cáscaras de banano, el residuo del café colado, cáscaras de huevo, cortezas de frutas, de verduras, hojas secas o lo que nos queda como desecho de las podas del jardín, luego cubrimos con más tierra de sembrado, y así continuamos por varias semanas, removiendo siempre con una pala, después de aproximadamente mes y medio a dos meses, notaremos que ya se han descompuesto los desechos orgánicos, que empiezan a reproducirse gusanitos blancos y percibiremos un olor a tierra mojada, es ahí cuando sabremos que ya está listo y con la ayuda de la pala vamos colocando en las raíces de las plantas.

Es recomendable no incluir en la mezcla, residuos de alimentos animales tipo carnes o huesos.

El resultado que observaremos al tener listo el compost y al ver el efecto que genera en las plantas y huertos del jardín al ser abonadas con un producto casero orgánico y libre de químicos, será la recompensa por nuestra constancia en todo el proceso.